En 1965, el error de un periodista por no saber traducir el nombre del animal del escudo de la Unión Argentina de Rugby le dio origen al apodo de la Selección Argentina. “Veníamos caminando tras bajar del avión y un periodista se me acerca a preguntarme por el yaguareté. Como yo no hablaba muy bien inglés, le dije que era un puma”, contó Agustín Silveyra en una entrevista.

ste apodo ha sido la gran referencia de este deporte argentino en el mundo entero, con el transcurrir de los años, hacen eco en el terreno de juego a este sobrenombre rindiendo un homenaje a la fuerza y poderío de los pumas que ocupan un lugar especial a lo largo del territorio argentino. Más allá de la emblemática referencia, hoy abordaremos a profundidad el avistaje de estos animales, algunas historias fascinantes con estos felinos.
Este sigiloso animal llena de intriga a todos los enamorados de la naturaleza que con admiración ven postales de este imponente felino. Un depredador tímido con una astucia especial que le permite esconderse en las montañas y la nieve; es difícil de observar ya que son animales solitarios que habitan en territorios grandes. Se alimentan desde pequeños roedores a animales de mayor tamaño como las liebres, guanacos, avestruces o corzuelas.
El puma como todo cazador de emboscada, vigila a su presa para poder cazarla, acción que permite la supervivencia del Cóndor, los zorros y otros animales que aprovechan esta provisión de alimento. Especialmente en verano, ya que algunas especies no tendrían comida si este carnívoro no dejará alimento. El puma es vital para mantener el equilibrio del ecosistema en las diferentes regiones del país.

Foto: Pumagonia
¿Dónde puedo ver pumas?
A lo largo de todo el territorio de Argentina hay cerca de cinco subespecies de pumas. La Patagonia y San Juan los más comunes para avistajes. Sin embargo, habita en todo el país, excepto en tierra del fuego donde según los expertos, nunca habitó. “Aunque no lo veamos la mayoría de las veces, está en todo el territorio”, explicó Kai Pacha, presidenta de Pumakawa, un albergue para pumas que se dedica a la preservación de este animal.
La Patagonia es una de las regiones donde puedes hacer avistamiento de estos animales, en excursiones especiales que con el tiempo toman más fuerza. Sin embargo, los expertos aseguran que este felino puede acompañar de manera sigilosa a más de un viajero que va por la montaña haciendo trekking, pero que nunca se va a percatar de su presencia.
El puma, un fiel testigo y compañero de montaña difícil de percibir, pero que atentamente vigila su territorio. Al cuestionar a Kai sobre el avistamiento del felino en este territorio: “Hay muchos avistajes, cada vez más porque se cruzan caminos…rutas. Y además se está gestionando espacios donde poder permitir que el turista haga avistaje y de ese modo, revalorizar su presencia y que se lo proteja. Como es el caso del Parque Patagonia Argentina.

Foto: Pumagonia
¿Qué hacer si me encuentro un puma?
Kai nos recomienda mantener la calma, no dar la espalda, no correr. En caso de que lleven niños deben subirlos a la espalda o a los hombros. Agregó que es bueno levantar los brazos para agrandar el tamaño corporal y si es necesario emitir gritos de ahuyentamiento. Si bien es un animal salvaje, también nos recuerda que siempre y cuando no atentemos contra ellos podrá ser un avistaje seguro.
Por otro lado, Sebastián Di Martinol, director de Conservación Fundación Rewilding Argentina expresó en una reciente publicación: «El puma es escurridizo, los casos de ataques de personas son raros. El puma cuando uno anda caminando por el campo en Patagonia y tenemos la suerte de ver el Puma, él siempre te ve antes que a vos y te mira pasivamente desde algún lugar. Es tímido ante la presencia del humano», sentenció el experto.

Foto: Sebastián Saiter, Far South Exp
¿Cómo avistar pumas sin hacerle daño a esta especie?
Al increpar a Kai sobre este tipo de actividades, resaltó las ventajas que puede traer a la conservación: “El puma necesita ser visto de otra manera a la que se la ve, como felino perjudicial. Ya que no lo es. El puma es una especie paraguas que al conservarlo, se conserva todas las especies que son sus presas, es decir lo que está por debajo en la cadena alimentaria. Y esto nos lleva a proteger su hábitat. Conservando al puma, conservamos para nosotros lo que desproporcionadamente destruimos. El puma cumple una función de freno de mano, de termómetro que mide el estado saludable o no de su entorno”, explicó.
Nos recordó la importancia del puma, “Si el puma come del ganado del productor es porque en su hábitat no le dejamos presas silvestres para comer. Científicamente está comprobado que prefiere las presas silvestres, por lo que si repoblamos de vizcachas por ejemplo, a las que se las ha combatido y en Córdoba está declarada especie vulnerable…el puma come vizcacha y se disminuye el conflicto con el productor”, sentenció.
Agregó que con las condiciones adecuadas de seguridad para ambas especies (puma – ser humano) se favorece su conservación. “Se lo ve desde su majestuosidad, como realmente es”, apuntó la presidenta de la fundación Pumakawa que lleva toda su vida trabajando en pro de estos animales.

Foto: Leah Huyghe
Una historia
El día que un puma me cambió la vida
Kai compartió con Argentina On The Go una historia muy especial con estos felinos. El relato transcurre en los incendios de la región en 2009, incidentes que afectaron la reserva y que a los dos días el fuego amenazó los recintos de los nueve pumas que tenía en este lugar de preservación. Ante las amenazas de la policía para evitar que se acercara al lugar a liberar a los animales, ella hizo todo lo posible para correr el riesgo.
“Las llamas eran altísimas, provocaba un ruido crujiente que me desesperaba. El humo no me dejaba ver a más de un metro, la policía al ver el fuego cerca se fue. Yo corrí a abrir cada puerta, y no los veía… llore pidiéndoles perdón porque además de haberles causado daño a cada uno, motivo por el que estaban en cautiverio ( matar a la madre, tenerlos como mascota, etc ) ahora le quemamos la jaula. Sentí impotencia. Sentí que la estupidez humana era más peligrosa que el mismo fuego”, relató con nostalgia.
En medio de su desespero ocurrió lo que ella calificó como una lección de vida: “Corrí hasta donde estaban las personas que salían de ayudar a apagar el primer frente de fuego, se asustan al verme. Entonces miré a mi alrededor y ellos, los pumas, estaban rodeándome. tranquilos. No se dispersaron como era lo que supuse. Sino que corrieron detrás mío y se pararon en ronda cuando yo me detuve. Mantuve la calma de las personas, y los miré detenidamente a cada puma, sentí que me hablaban. Fueron minutos eternos que marcaron mi vida. Los lleve a sus recintos caminando. Todo fue tranquilo, en medio de un caos de personas, humo y ruidos”, comentó.
Es por eso que se hace llamar Kai Pacha que significa puma protector del aquí y ahora, no solo como aquel sobrenombre de los jugadores de rugby sino desde algo espiritual y legal ya que registró este nombre en su documento civil. Cuidar, admirar la majestuosidad de este animal, una enseñanza que no debemos pasar por alto.
