Podría decirse que una experiencia de viaje completa en Argentina culmina (o empieza) habiendo probado el famoso “mate”. El mate… Esa bebida verde que, al probarla por primera vez, puede causar una extraña sensación en nuestro paladar y en nuestro cuerpo pero es necesario darle una oportunidad y comprender su verdadera importancia y significado.

¿Qué es el mate para los argentinos?
l mate es la infusión que se bebe a lo largo y ancho de la Argentina, siendo este parte de las culturas mas diversas dentro de nuestro territorio. Es motivo de unión y un fuerte creador de lazos que con el tiempo (y los mates) podrán convertirse en grandes y eternas amistades. En la universidad, en el trabajo, en el auto, durante el estudio, en casa… Siempre habrá oportunidad para preparar unos ricos mates.
En Argentina es muy común reunirse a “tomar unos mates”. ¡Atención!: cuando se recibe una invitación de este tipo, quiere decir que realmente hay interés en conocerse y compartir un grato momento. De todas formas, es importante aclarar que en este contexto de pandemia es necesario evitar tomar del mismo mate porque es una fuente muy contagiosa. Todos esperan ansiosos que esta situación mejore y poder vivir el “ritual” del mate de la manera original.
Dependiendo de la época del año podrá ser en una casa, en una plaza, al borde del río o por qué no, en la costanera frente al mar. Esta invitación claramente abarca mucho más que el hecho de beber del mismo mate… En reuniones de este tipo, surgen charlas interminables, risas, confesiones e inmemorables anécdotas.

Un poco de historia
El mate se originó como un rito de los nativos guaraníes en el territorio que hoy ocupa el Paraguay y las provincias argentinas de Misiones y Corrientes. Para el ritual funerario, los guaraníes sepultaban los restos de sus seres queridos y en ese mismo lugar plantaban yerba mate. Después de que la planta crecía, la cosechaban y la tomaban en ¨rueda¨ o ronda con sus familias, de la misma manera que se realiza hoy en día. Los nativos guaraníes realizaban estos ritos porque creían que de esa manera el espíritu de sus seres allí enterrados crecería con la planta de yerba mate y pasaría a través del mate a su cuerpo logrando que permanecieran con ellos.
Cuando los españoles llegaron a esta región, observaron que a los guaraníes, el mate los fortificaba para el trabajo y en caso de necesidad les servía de alimento. Hacia 1714, su uso se había extendido a Bolivia y Chile. Los británicos de Chile (que se ocupaban de la trata de esclavos traídos de África) vieron que también los beneficiaba, lo probaron y lo llevaron a Londres, donde fue muy bien recibido. Se dice que por un momento se pensó en la posibilidad de reemplazar el tradicional y emblemático uso del té por el mate, ya que tenía grandes beneficios (tanto para la salud como para lo económico, ya que era menos costosa).

Algunas características del mate
Sin dudas, cuando se piensa en el mate, su característico color verde y su sabor amargo son sus rasgos distintivos.
El color verde está dado por las hojas de yerba mate (Ilex paraguayensis) que han sido previamente secadas y molidas. Su sabor amargo se debe a la presencia de los taninos de la yerba. Por esta razón, es común que sea endulzado con miel, azúcar y en algunos (pocos) casos con edulcorante. Otra costumbre es agregarle hojas secas de diferentes variedades de hierbas tales como el boldo, menta, cedrón, tilo y melissa que sirven para neutralizar la acidez que presenta la yerba mate y hacerlo aún más digestivo.
Esta bebida se sirve en un recipiente que recibe el mismo nombre: mate. El recipiente más utilizado es una especie de calabaza de la cual se obtiene el porongo, calabaza de peregrino o jícaro. Para obtener lo que conocemos como mate, la misma debe ser cosechada y secada y posteriormente debe ser “curada”. Para poder tomar esta bebida, se utiliza una “bombilla” que está hecha, en la mayoría de los casos, de materiales metálicos e incluso de plata.

¿Cómo se prepara?
Primero se llena 2/3 del mate con yerba. Es común taparlo con la mano y sacudirlo boca abajo para que el polvillo de la yerba quede arriba cuando se endereza y de esta manera, evitar que se tape la bombilla.
Una vez que el mate se coloca de forma derecha, se coloca el agua caliente. El agua debe estar a unos 84ºC. Debe tenerse en cuenta que el agua no tiene que estar hervida ya que quema la yerba y su sabor no es agradable. Es importante mojar la yerba por un costado en lo posible, logrando que parte de la misma flote y no se humedezca para así evitar que se “lave”. Luego de un minuto de reposo, se coloca la bombilla en la parte húmeda de la yerba para poder comenzar a tomar esta infusión. En caso de tomar el mate dulce, se puede colocar un poco de azúcar antes de cebar cada mate o si se utiliza edulcorante, se recomienda colocarlo en el termo para que el mismo se disuelva y no sea tan fuerte e invasivo. Es necesario aclarar que el verdadero, verdadero mate es el amargo. De hecho, muchos se niegan a que exista el agregado de lo “dulce”.
Algunas personas optan por rechazar el primer mate ya que lo consideran demasiado fuerte y es común sorberlo, escupirlo y luego comenzar a cebar.

Algunos “tips” a tener en cuenta
-El mate debe tomarse hasta el final. Recién cuando se escuche ruido al succionar, se debe pasar el mate al próximo “bebedor”.
-Entendemos que la cordialidad es importante, pero en una ronda de mate es mejor dejarla para el final. Sólo se dice “Gracias” cuando no se quiera beber más.
-Para algunos un mate lavado podría ser “ofensivo”. Para otros, será mejor tomarlo así ya que es menos fuerte.
Es comprensible que pueda haber sentimientos encontrados con respecto a esta bebida pero si hay algo indudable es que es una parte fundamental de la identidad argentina y entender que, como bien dice un cuento sobre el mate, “… el mate es el puente de comunicación no visible que hace al argentino vincularse con los otros.” Anímense a adentrarse aún más en la cultura argentina con este símbolo de nuestro país.